DIARIO FARFAN.- Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (28,16-20.30-31):
Cuando llegamos a Roma, le permitieron a Pablo vivir por su cuenta en una casa, con un soldado que lo vigilase.
Tres dÃas después, convocó a los judÃos principales; cuando se reunieron, les dijo: «Hermanos, estoy aquà preso sin haber hecho nada contra el pueblo ni las tradiciones de nuestros padres; en Jerusalén me entregaron a los romanos. Me interrogaron y querÃan ponerme en libertad, porque no encontraban nada que mereciera la muerte; pero, como los judÃos se oponÃan, tuve que apelar al César; aunque no es que tenga intención de acusar a mi pueblo.
Por este motivo he querido veros y hablar con vosotros; pues por la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas.» Vivió allà dos años enteros a su propia costa, recibiendo a todos los que acudÃan, predicándoles el reino de Dios y enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbos.
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