Una vez que comÃan juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino: «aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oÃdo hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con EspÃritu Santo dentro de no muchos dÃas».
Los que se habÃan reunido, le preguntaron, diciendo:
«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel?».
Les dijo:
«No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis la fuerza del EspÃritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y SamarÃa y “hasta el confÃn de la tierra”».
Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
«Galileos, ¿qué hacéis ahà plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo».
F/CIUDAD REDONDA
0 Comentarios