Asà me dijo el Señor: «Vete y cómprate un cinturón de lino, y rodéate con él la cintura; pero que no toque el agua.»
Me compré el cinturón, según me lo mandó el Señor, y me lo ceñÃ.
Me volvió a hablar el Señor: «Torna el cinturón que has comprado y llevas ceñido, levántate y ve al rÃo
Me compré el cinturón, según me lo mandó el Señor, y me lo ceñÃ.
Me volvió a hablar el Señor: «Torna el cinturón que has comprado y llevas ceñido, levántate y ve al rÃo
14px;">Éufrates, y escóndelo allÃ, entre las hendiduras de las piedras.»
Fui y lo escondà en el Éufrates, según me habÃa mandado el Señor.
Pasados muchos dÃas, me dijo el Señor: «Levántate, vete al rÃo Éufrates y recoge el cinturón que te mandé esconder allÃ.»
Fui al Éufrates, cavé, y recogà el cinturón del sitio donde lo habÃa escondido: estaba estropeado, no servÃa para nada.
Entonces me vino la siguiente palabra del Señor: «Asà dice el Señor: De este modo consumiré la soberbia de Judá, la gran soberbia de Jerusalén. Este pueblo malvado que se niega a escuchar mis palabras, que se comporta con corazón obstinado y sigue a dioses extranjeros, para rendirles culto y adoración, será como ese cinturón, que ya no sirve para nada.
Pasados muchos dÃas, me dijo el Señor: «Levántate, vete al rÃo Éufrates y recoge el cinturón que te mandé esconder allÃ.»
Fui al Éufrates, cavé, y recogà el cinturón del sitio donde lo habÃa escondido: estaba estropeado, no servÃa para nada.
Entonces me vino la siguiente palabra del Señor: «Asà dice el Señor: De este modo consumiré la soberbia de Judá, la gran soberbia de Jerusalén. Este pueblo malvado que se niega a escuchar mis palabras, que se comporta con corazón obstinado y sigue a dioses extranjeros, para rendirles culto y adoración, será como ese cinturón, que ya no sirve para nada.
Como se adhiere el cinturón a la cintura del hombre, asà me adherà la casa de Judá y la casa de Israel –oráculo del Señor–, para que ellas fueran mi pueblo, mi fama, mi alabanza, mi ornamento; pero no me escucharon.»
F/ CIUDAD REDONDA
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