EzequÃel (1,2-5.24–2,1a):El año quinto de la deportación del rey JoaquÃn, el dÃa cinco del mes cuarto, vino la palabra del Señor a EzequÃel, hijo de Buzi, sacerdote, en tierra de los caldeos, a orillas del rÃo Quebar.
Entonces se apoyó sobre mà la mano del Señor, y vi que venia del norte un viento huracanado, una gran nube y un zigzagueo de relámpagos. Nube nimbada de resplandor, y, entre el relampagueo, como el brillo del electro. En medio de éstos aparecia la figura de cuatro seres vivientes; tenÃan forma humana.
Y oà el rumor de sus alas, como estruendo de aguas caudalosas, como la voz del Todopoderoso, cuando caminaban; griterÃo de multitudes, como estruendo de tropas; cuando se detenÃan, abatÃan las alas. También se oyó un estruendo sobre la plataforma que estaba encima de sus cabezas; cuando se detenÃan, abatÃan las alas.
Y por encima de la plataforma, que estaba sobre sus cabezas, habÃa una especie de zafiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresalÃa una figura que parecia un hombre. Y vi un brillo como de electro (algo asà como fuego lo enmarcaba) de lo que parecÃa su cintura para arriba, y de lo que parecÃa su cintura para abajo vi algo asà como fuego. Estaba nimbado de resplandor.
El resplandor que lo nimbaba era como el arco que aparece en las nubes cuando llueve. Era la apariencia visible de la gloria del Señor. Al
contemplarla, caà rostro en tierra.
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